domingo, 31 de agosto de 2014

Leal

 
 
 

Por fin la tercera y última parte de la saga Divergente, de Verónica Roth: Leal (ooooh, no acaba en –ente!!).
La reseña de Insurgente la comencé diciendo que estaba en desacuerdo con quienes decían que la segunda parte sobraba y se podía pasar directamente a la tercera. Bueno, pues me reafirmo. De hecho, pienso que si sobra una parte, sería esta. Perfectamente podría la Roth haber parado en la segunda, que cerraba los acontecimientos internos de Chicago, y apañao; esta parte me sobra y decepcionó.
 
 
Para no destriparos nada voy a hacer otra vez el truquito de tapar la parte de spoiler. Si habéis leído Insurgente, pues clickad en “mostrar”. Si no, podéis seguir leyendo lo de después.
 



En Insurgente Tris y sus compañeros investigaban el motivo por el que Erudición acabó con Abnegación. Los acontecimientos acabaron con Tris afectada por la traición de su hermano y con Jeanine muerta y su revolución fracasada, amén de con el destape de un secreto que en realidad ya me había desconcertado desde el comienzo de la saga: qué hay más allá de Chicago, porque resulta que hay algo… Bueno, pues Leal narra las peripecias de Tris en el mundo exterior, por lo que si simplemente el final de Insurgente no hubiera incluido este secreto, nos habríamos ahorrado la tercera parte. Leal no es que esté muy mal, simplemente lo cogí con ganas espoleado por el final del segundo libro y resulta que me pareció pesado, con muchas menos aventuras y más rollo amoroso entre Tris y Tobías, que andan como el perro y el gato.

 
 
Esta tercera entrega cuenta con una novedad: antes los capítulos no tenían nombre; ahora llevan el nombre de Tris o de Tobías, según la perspectiva del personaje que desarrollen cada vez. Hay capítulos en los que la acción se desarrolla centrada en Tris, con sus pensamientos, sensaciones, sentimientos, etc. y otros en los que se narran en primera persona por Tobías. Es un poco más como lo que comentaba al final de la reseña de Insurgente de la influencia en Veronica Roth de la obra de George R. R. Martin (allí lo hacía en referencia a la manía de matar personajes importantes), pues sin duda sabéis que Canción de hielo y fuego (o Juego de tronos, si sois más de la serie) tiene como característica que la acción no se detiene nunca, y se desarrolla en cada capítulo según uno de los personajes. Francamente, no creo que haya comparación entre una saga y otra (gana Martin, lo siento Roth), pero me lo recordó al leerlo.


viernes, 15 de agosto de 2014

Los 10 mejores clásicos para leer en verano




En la entrada sobre las lecturas para el verano me han dejado un comentario preguntando sobre clásicos. He contestado algo ahí mismo, pero he pensado que estaría bien poner una entrada completa sobre lecturas clásicas para leer en verano. Porque a mucha gente le echa para atrás lo de “clásico”, y relacionan estas novelas con algo aburrido, cuando en realidad muchas de ellas son estupendas, y es una lástima perdérselas. Así que he creado una lista con las diez novelas clásicas que no son demasiado peñazo, que son entretenidas y ligeras para el verano:

 

1.      Las minas del rey salomon.


Sí, sí, sí, ya sé lo que vais a decir: que habéis visto cientos de pelis basadas en esta novela y os sabéis la historia, y que puestos a leerla preferís ver a Sharon Stone correteando por la sabana. Pues la verdad, yo me llevé un sorpresón con este libro. Lo leí sin esperar demasiado, por eso mismo, y resulta que me encantó. Tiene unos toques de humor geniales (hay veces que simplemente te echas a reír sin poder evitarlo), Quatermain es un gran personaje y la vieja bruja se sale. Se sale.


 

Aventuras sin parar, recomendadas por ejemplo para lectores jóvenes, que pueden leer así una obra clásica sin poder quejarse de que se aburran, pero también para cualquier otra edad. Es un libro fácil de leer y que está genial para las vacaciones. Lo podéis encontrar en la editorial Anaya.

 

2.      Un yanki en la corte del rey Arturo.

Vaaaale, de este también hay peli. Pero es que me pasó lo mismo: me gustó el libro, y es un clásico lleno de aventuras e ironía (“la rubia” que se engancha al caballero es un puntazo). Ya sabéis: narra las peripecias de un hombre moderno que viaja al pasado, a la corte de Arturo, donde aplica sus conocimientos científicos para rivalizar con el mismo Merlín, que acaba cogiéndole mucha tirria. Otra lectura en la que seguro que no habías pensado pero que vale la pena leer, que no es para nada el típico clásico denso, aburrido y con lenguaje rimbombante. No, es una novela dinámica que podría perfectamente haber sido escrita en la actualidad. Con muchas de Twain pasa eso. También está en Anaya.