Esta es una
novela extraña. Extraña porque su argumento es un poco rarito… Pero es una gran
novela.
Está contada
a dos voces. Por un lado, tenemos a Renée, la portera de un edificio de
viviendas de lujo en París. Ella es una mujer inteligente y sensible, fanática
de Tolstoi (fue por esta novela por lo que me entraron ganas de leer Ana Karenina, cuando René la citaba con
lo de que “todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada
familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada”.
Y por el otro
lado está Paloma, una pequeña de doce años, extremadamente inteligente, pero
con una visión peculiar de la vida.
La novela
cuenta hechos cotidianos, y las reflexiones que éstos provocan en sus
protagonistas. Dicho así parece un tostón, pero no, es una novela
divertidísima. Narrando hechos sencillos consigue engancharnos, emocionarnos y sonreírnos.
Es como si yo
cojo y os cuento que el otro día me pasó algo en el Metro. El Metro es una gran
fuente de anécdotas. A mí me han tocado el culo, he visto abandonados en él
fluidos corporales que ni sabía que existían, gentes de todas las clases, me
han cantado el “Clavelitos” como si estuviera de boda y hasta, una vez, se me
acercó un señor y me preguntó si me iba a hacer senderismo con él. De todo
vamos. A mi amiga C, que está un poco rellenita, siempre le dejan sentarse
porque piensan que está embarazada. A ella le molesta, pero sentarse, se
sienta.
Pues el otro
día iba hacia la escalera mecánica. Delante de mí pasó una señora, y después un
señor un poco raro. El caso es que este hombre se fue hacia un lado cuando
entró en las escaleras, y empezó “Ay, que me tuerzo y me doy” y luego siguió
hablando solo. La señora se volvió pero enseguida se dio la vuelta otra vez. Y el
hombre, mientras tanto empezó a decir algo de su po… de sus genitales que,
gracias a Dios, no entendí. Y un señor que subía en la escalera de al lado
empezó a chistarle para que callara. Y claro, yo mientras, pensando: “pero no le
diga nada, oiga, a ver si se pone agresivo, que el que va detrás soy yo, que
usted se va en la otra escalera, espabilao”. Y el otro venga a chistarle. En cuanto
salí de la escalera me fui pitando. Todo verídico…
En fin, esto
realmente no tiene nada que ver con el libro, que voy a mi aire, como Lola
Flores…
El caso es
que Renée, la portera, está convencida de que los vecinos deben verla como la
típica portera, inculta y palurda, y aunque ella es inteligente, se esfuerza
por parecer simplona. Esto da lugar a muchas situaciones divertidas y, sobre
todo, a muchos comentarios cáusticos de Renée acerca de sus vecinos y la forma
en que viven.
Paloma, por
su parte, piensa que nadie la comprende, que es un alma única y que no hay nada
en el mundo capaz de estimular su enorme inteligencia, desconocida para toda su
familia (los comentarios que hace sobre su madre y el psicólogo de ésta son
geniales, y cuando ella misma va a verle es la monda), así que decide que, tras
unos días que concede al mundo como última oportunidad para mostrarle algo
hermoso, morirá. Ha decidido quemar la casa. Cuando no haya nadie, claro, que
no quiere molestar.
Y las vidas
de estos dos personajes tan sorprendentes transcurren paralelas, sin ninguna de
las dos descubrir a la otra, hasta que un día lo harán.
Es cierto que
la novela tiene un par de capítulos que son un rollete, sobre todo cuando les
da por hablar de filosofía. Pero esos capítulos se pasan enseguida, y el
conjunto de la novela es fantástico. Hay partes tiernas, otras emotivas, como
cuando Renée recuerda a su esposo fallecido, partes hasta hermosas y que nos
hacen pensar, y especialmente partes muy irónicas y divertidísimas. Hay tantas
situaciones que te arrancan la sonrisa… A mí me gustó mucho la anécdota de los
perros, ya veréis si lo leéis. Y también la parte de la cisterna y las
distintas formas de preguntar cómo ir al baño. Lo que me puede reír… De hecho,
voy a ponerla aquí. Si no has leído el libro y he conseguido que te apetezca,
no lo leas, lo escribiré en otra fuente para que sepas cuando acaba. Y si no te
he convencido, pues léelo, lo mismo te gusta. Tampoco revelo nada del argumento
con ello:
¿Cómo se pregunta esto en las
altas esferas?
-¿Dónde está el tigre? -no me
parece curiosamente la manera más idónea.
Al contrario:
-¿Querría indicarme dónde está el
lugar?-aunque delicada en el esfuerzo de no nombrar la cosa, se expone a la
incomprensión y, por ello, a una vergüenza duplicada.
-Tengo ganas de hacer pis –sobrio
e informativo, no se dice en la mesa ni a un desconocido.
-¿Dónde está el aseo? –no me
termina de convencer. Es una pregunta fría, con un tufillo a restaurante de
provincias.
Ésta me gusta bastante:
-¿Dónde están los servicios? –porque
hay en esta denominación, los servicios, un plural que exhala infancia y cabaña
en el fondo del jardín. Pero entraña también una connotación inefable de mal
olor.
Pero lo
realmente divertido es lo que le pasa luego en el baño. Es que las escenas de baño
son siempre muy graciosas.
Y los
personajes están muy bien pensados. La familia de Paloma, Manuela, Kakuro…
hasta las mascotas tienen su propia personalidad. La verdad es que sorprende
tanta profundidad en un libro de apenas unas 300 páginas.
Si una pega
le he encontrado a este libro es que la niña se llama Paloma y su hermana
Colombe, que es “paloma” en francés, como sabréis. El caso es que Paloma se
mete mucho con su hermana a costa de su nombre y el pájaro que representa, y
llamándose ella igual, pues eso me raya. Yo al principio ni siquiera sabía que
se llamaba Paloma, y luego pensé que no, que sería un error, pero sí.
En fin,
aparte de ese detalle, realmente es un libro genial, extremadamente
recomendable. Me he reído muchísimo y hasta me he emocionado a veces. Me ha hecho pensar y descubrir muchas cosas. Me ha
gustado un montón, así que leedlo. Apuntadlo en vuestra lista para la próxima
Feria del Libro y no lo dejéis escapar, de verdad.
-Título:
La elegancia del erizo.
-Autor:
Muriel Barbery.
-Género:
Narrativa.
-Editorial:
Seix Barral o Booket.
-Precio:
19,90€ en rústica. 8,95€ en bolsillo.
-Isbn:
9788432228216 en Seix Barral. 9788432251184 en Booket.
-Alma:
irónica, divertida, reflexiva, incomprendida, de chocolate, cine japonés y literatura rusa.
Os dejo el tráiler de la película. No sabía que habían hecho una, lo he encontrado buscando uno del libro. No la he visto, pero pienso hacerlo. De todos modos, leed el libro, que suelen ser mejores. En este tráiler no se aprecia ni un poco lo divertida que es la novela, y por lo que veo parece que se centra solo en la parte de la mitad en adelante. Así que os guste o no la peli, hacedme caso y hojead el libro.
Ya he visto la peli. Recomendación: vedla solo con una botella de whisky al lado. Mejor, no la veáis.
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ResponderEliminarAunque me da pena mencionarlo pero debo ser sincera , la película es mejor que el libroooooooooooo..ME FASCINOOOOO.El libro es medio tedioso porque la autora es muy egocéntrica para escribir y no te deja llevar al sentir y pensar como uno lo desea o necesita
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