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jueves, 4 de febrero de 2016

La felicidad es un té contigo



La felicidad es un té contigo se vende como la novela más alegre del año (del año 2013, que fue cuando se publicó). Bueno, es cierto que se lee con una sonrisa, incluso en los fragmentos menos alegres, pero la verdad es que esperaba más de ella.

lunes, 10 de agosto de 2015

La librería de las nuevas oportunidaes



La librería de las nuevas oportunidades, de Anjali Banerjee, es una novela que está bien. Hala, reseña demoledora, ¿a que sí? A ver, es que me ha parecido una novela que ni fu ni fa. Se lee bien y es ligera, apropiada para los calores del verano, así que podéis leerla ahora, pero no es un novelón. Es una de esas novelas que, si caen en tus manos, pues pasa un rato entretenido por ella, pero que no hace falta que te desvivas por conseguirla si no tienes la oportunidad de leerla. Yo de todos modos os hago la reseña, que para eso me la he leído.
Esta novela tiene un aliciente especial para mí: como me imagino que le sucede a otros libreros, me atraen los libros sobre libros, librerías o libreros. Sadomasoquismo, supongo. En cualquier caso, es una novela con un toque romántico, más apropiada para ellas.
La protagonista es Jasmine, una mujer de ascendencia india que se ha divorciado un año atrás (aunque no lo lleva muy bien), un trabajo absorbente, una hermana que se casa y una tía algo chiflada que regenta una librería en una isla perdida y aislada. El caso es que la buena de la tía tiene que viajar a India por motivos médicos y le pide a su sobrina que ese tiempo se encargue de la librería. Así que Jasmine va para allá, dispuesta a darlo todo por los libros.

domingo, 1 de septiembre de 2013

La verdad sobre el caso Harry Quebert

 

La verdad sobre el caso Harry Quebert es el primer libro publicado en España del escritor suizo Joël Dicker, aunque realmente se trata de su segunda obra publicada (Alfaguara publicará en 2014 su primer libro, Los últimos días de nuestros padres). Se trata de una mezcla de géneros literarios: La trama principal es la investigación de la misteriosa desaparición de Nola Kellergan, una muchacha de la que no se supo nada tras ser vista perseguida por alguien en las cercanías del bosque próximo de Aurora, la tranquila ciudad estadounidense donde vivía con su padre, el reverendo. (Os dejo en este enlace la nota de prensa del libro, con muchos detalles sobre él).
Treinta años después aparece un cadáver que corresponde con el de la joven Nola, y el escritor Harry Quebert, autor de uno de los libros más aclamados del s. XX, escritor de renombre y habitante de Aurora, es detenido acusado del asesinato.
Pero existen otras dos vertientes que complementan esta trama principal. Por una parte, Marcus, protegido y amigo de Harry y escritor a su vez, tras la publicación de su primer libro y el enorme éxito subsiguiente, se encuentra bloqueado incapaz de escribir un libro más, a pesar de la presión de la editorial por que cumpla los plazos de su contrato. Ante esta situación, se traslada a la apacible Aurora, a casa de su mentor Harry, donde le sorprenden los hechos, por lo que se pondrá manos a la obra investigando el crimen para limpiar el nombre de su amigo.
Por otra parte, es un libro que nos descubre los entresijos del mundo editorial, casi sin tapujos, hablándonos de editores sin escrúpulos, de agentes, de inspiración y contratos, de escritores fantasmas que grandes autores no dudan en emplear para que escriban por ellos, de cómo se manipulan los medios y cómo los libros se han convertido en una mera herramienta más para hacer dinero. Una visión de este mundo que descubre al lector muchas cosas…

domingo, 25 de agosto de 2013

Inferno



La última novela de Dan Brown es, nuevamente, un adictivo thriller contrarreloj salpicado de aventuras, riesgos y obras de arte. Un poco como siempre, aunque en esta ocasión hay alguna diferencia respecto de anteriores novelas.

Pero lo primero es lo primero: Dante ocupa un lugar de honor en esta novela, especialmente su gran poema, la Divina Comedia, del que descubrirás interesantes detalles a lo largo de la narración. Se destaca sobretodo su primera parte, el Inferno, que probablemente sea la que más ha influido siempre, no solo a Brown, sino en general. Precisamente en la novela se menciona la sinfonía compuesta por Liszt basada en el poema, y que puede ser una buena banda sonora mientras lees esta reseña. Hala, dale al play:
 
El libro comienza, como es habitual en este autor, con una misteriosa muerte que irá desencadenando las situaciones posteriores, y que suelen consistir en Langdon resolviendo acertijos artísticos. Sí, porque el profesor Langdon protagoniza de nuevo esta historia, aunque Brown ha dado una nueva vuelta de tuerca, y ahora el sabelotodo profesor comienza con una amnesia que le impide recordar nada de los últimos dos días, incluido el motivo por el que se encuentra en Florencia en lugar de en su tranquila Universidad. Y en Florencia, ciudad del arte por antonomasia, será donde se desarrolle la mayor parte de la trama de la novela.
 
 
          De la mano de Brown iremos descubriendo los rincones de esta ciudad, como si fuera un cicerone que nos llevara en plan turistas por sus calles. Y es que el autor aprovecha la acción de su historia para intercalar detalles sobre la historia y arquitectura de la ciudad, hasta el punto de que Inferno casi, casi es una guía turística que desvela los edificios, restaurantes y obras de arte florentinas que no puedes perderte si planeas visitar la ciudad. Es lo más interesante de la novela, el recorrido turístico por Florencia y las demás ciudades donde se desarrolla. 

sábado, 13 de julio de 2013

El vals lento de las tortugas



No voy a extenderme mucho en este comentario, porque si habéis leído la primera parte de esta trilogía, ya sabéis lo que podéis encontrar, y si no la habéis leído, no os sirve de nada que os diga qué tal está la segunda parte…

Además, tened en cuenta que, aunque intentaré evitarlo, puede que sin querer se me escape algo que os desvele lo que ocurre en la primera novela, Los ojos amarillos de los cocodrilos, y si no la habéis leído y queréis hacerlo, no os hará mucha gracia.

En fin, en esta segunda entrega volvemos a encontrarnos con Jo, que sigue siendo la típica buenaza, a veces más infantil que un chicle de fresa, pero con buen corazón. La familia se ha trasladado ahora a un barrio bien de París, a un piso grande donde Jo se siente algo sola, pues echa de menos su vida sencilla en el barrio de antes. Zoe vive con ella, y en esta segunda entrega seremos como Julio Iglesias, viendo como la pequeña pasa de niña a mujer. Hortense, por su parte, vive en Londres, donde estudia en una prestigiosa escuela de moda.


viernes, 5 de julio de 2013

El jardín olvidado

 

Bueno, ya sabéis que La casa Riverton me pareció una enorme cacarraca, y hasta lo califiqué con el vídeo de Los Simpson que pongo en estos casos. Por eso, sin duda, os estaréis preguntando por qué cojo ahora y me pongo a leer El jardín olvidado, que es de la misma autora, Kate Morton. Bueno, pues simplemente es parte de la grandeza de mi espíritu y de mi magnanimidad a la hora de dar segundas oportunidades. Vale, no, en realidad es que soy tonto y tropiezo mucho con la misma piedra…
En fin, por lo menos esta vez el riesgo ha merecido la pena, porque el libro me ha gustado. La Morton lo escribió después de La casa Riverton, aunque en nuestro país se publicara antes, y se ve que hizo oídos a las críticas que lo definían claramente como soporífero y ha espabilado para este otro.
Hace poquito que ha salido en bolsillo (para la pasada Feria del Libro), y esto es lo que me ha animado a comprarlo y leerlo. La gente (¿quién es la gente?) decía que estaba muy bien, así que probé.
Bueno, desde luego, no es tan lento como el anterior. No se recrea tan morbosamente en los detalles, y la historia, sin ser vertiginosa precisamente, sí se desliza a un ritmo mayor. Engancha.
En varias novelas se emplea el recurso de contar la historia a dos voces. La primera que recuerdo haber leído así fue El ocho, y una de las últimas, también muy recomendable, La tabla esmeralda. Es un recurso que permite alternar dos historias en la misma novela, que a menudo discurren en épocas diferentes y van complementándose entre sí. El jardín olvidado hace uso también de esta técnica, aunque le da una nueva vuelta de tuerca: no solamente hay dos voces, sino tres. Esto también proporciona soltura a la historia, al intercalar partes diferentes aunque relacionadas entre sí. Evita que la novela canse y además predispone a que el lector desee saber qué ocurre en una de las partes al dejarla en suspense para comenzar otra.

miércoles, 26 de junio de 2013

El circo de la noche

 

Nunca me he sentido tan desconcertado con un libro como con este El circo de la noche. Y es que no tengo ni idea de si me ha gustado o no. Si tuviera que arriesgar un veredicto sin más remedio, creo que diría que no… El problema es que en muchas ocasiones se me hacía pesado. Hay veces que es lento o simplemente aburrido. Pero también tiene momentos tan originales y especiales que me da pena descartarlo tan alegremente. No me atrevo a recomendarlo, pero tampoco quisiera quitarle a nadie la idea de leerlo. Aquí simplemente os voy a explicar algunas cosas del libro, y luego ya decidís vosotros si os merece la pena invertir tiempo en él.
 

 
El Circo de la noche no es un circo normal. Ya no solo porque aparezca repentinamente y desaparezca del mismo modo, ni porque nadie sepa en qué ciudad se instalará, ni siquiera por su peculiar horario nocturno o su estética que olvida cualquier color que no sea blanco o negro. No, el verdadero factor que lo hace especial es que casi no podríamos llamarlo “circo”, al estilo de los de “¿Cómo están ustedes?”, sino que es realmente una sucesión de experiencias sensoriales, un verdadero mundo aparte. Para empezar, no se estructura en una gran carpa con gradas para los espectadores y pistas para los artistas, sino que es un laberinto de senderos que desembocan en pequeñas carpas o plazas, donde el espectador puede elegir entrar o no, contemplar el espectáculo que se desarrolla ahí o continuar su camino. Y no solo hay malabaristas y contorsionistas, sino que algunas carpas escondes secretos y magia.

viernes, 7 de junio de 2013

Cosas que nadie sabe

 

Empecé este libro con mucho interés, pues Blanca como la nieve, roja como la sangre, aunque no es una novela perfecta precisamente, consiguió emocionarme unos ratos y divertirme otros. Me gustaron varias de sus frases, que me hacían pensar o reír. Y la historia es un típico melodrama, que no me disgustó tampoco. En general fue un libro que me llegó y que suelo recomendar.
Así que al descubrir que D’Avenia ha publicado esta nueva novela, me la compré sin meditarlo demasiado…
Puff, la cosa no empezó bien, aunque encontré una frase que me gustó especialmente:
“Hasta el mar parece no tener límites, pero canta solo cuando los encuentra: al estrellarse contra la quilla se vuelve espuma; al romper contra la escollera, vapor; al terminar en la orilla, resaca. La belleza nace de los límites, siempre”.
D’AVENIA, A. (2013). Cosas que nadie sabe. Barcelona: Grijalbo, p.13. ISBN: 9788425349102.
El problema es que es todo así: ampuloso, snob, sobrecargado, barroco. Lady Gaga es supersencilla al lado del estilo narrativo de este libro. El autor se ha empeñado en querer demostrar que puede escribir bien, y exclamando “¡ancha es Castilla!” se ha liado a poner metáforas rebuscadas por todas partes. Es algo que cansa mucho. Te dan ganas de decir “sí, vale, ya lo he pillado”, y que empiece a escribir de manera más sencilla. Porque lo poco gusta pero lo mucho cansa, y eso no es manera de escribir bien, sino de alardear estúpidamente porque es un estilo que agota al lector. Por ejemplo, en una sola página, encuentro todas estas frasecitas rebuscadas:



miércoles, 5 de septiembre de 2012

Los ojos amarillos de los cocodrilos

 

Esta es una novela en la que todo empieza mal. Josephine, una mujer francesa de mediana edad, experta en el s. XII, que no le interesa a nadie (ni el siglo ni ella), con un par de hijas, una de ellas en plena adolescencia, con una hermana perfecta con la que siempre sale perdiendo al compararse, con una madre apodada “la escoba” de lo tiesa que es la señora, y con una actitud resignada ante la vida, descubre que su marido, que encima está en paro, la engaña. Con la peluquera. Muy fuerte…

Pero por primera vez en su vida toma las riendas y echa a su esposo de casa. Inmediatamente se arrepiente, se sumerge en una vorágine de desorientación y vacío, pero lo hecho, hecho está, y ya no le queda más remedio que tirar p’alante.

Así comienza esta novela de Katherine Pancol. No es el comienzo más alegre, pero lo bueno es que las cosas ya solo podrán mejorar… ¿no?

La pobre Josephine se encuentra al timón de un barco que se hunde:

-Su hija pequeña, Zoe, es un encanto, pero tiene un amigo, Max, mayor que ella que no es una buena influencia. Un momento muy gracioso de la novela es cuando Zoe se disgusta porque Max no la incluye en una “lista de chicas vaginalmente explotables” y a su hermana Hortense, sí.

-Su otra hija, Hortense, es una adolescente superficial, inteligente pero manipuladora, que se sirve de su encanto y atractivo para engatusar a todo el mundo, especialmente a los chicos, y que cree saberlo todo y no soporta que su madre no sea atractiva y resuelta. Las relaciones entre ambas no serán siempre sencillas.

-Iris, su hermana, es la perfecta, perfecta mujer. Casada con el perfecto marido y con la perfecta familia. O quizá no, pero es lo que piensa todo el mundo, mientras que Josephine es la poco agraciada, la que no triunfa, la casada con un marido de menor categoría. La pobre siempre está a la sombra de su hermana, lo que acentúa su complejo de inferioridad.

-Su marido, que tras la ruptura no se le ocurre otra cosa que largarse a África a criar cocodrilos…

-Y su madre, una vieja arpía que no la quiere en absoluto y aprovecha cualquier oportunidad para dejárselo bien claro.


martes, 24 de julio de 2012

La promesa del ángel


La promesa del ángel es un libro de misterio que combina una parte en la época actual con otra en la Edad Media, cuyas tramas van desarrollándose paralelas hasta confluir. Es una técnica similar a la empleada por Katherine Neville en El ocho, o más recientemente también la encontramos en la novela La tabla esmeralda. Personalmente me gustó más esta última, porque tanto La promesa del ángel como El ocho son bastante más lentos en su desarrollo.
Es este un libro escrito a cuatro manos, de dos escritores franceses, Frédéric Lenoir y Violette Cabesos, que nos narran la historia de Johanna, una arqueóloga apasionada por su trabajo y especializada en la Edad Media. La verdad es que lo primero que pensé es que la novela no comenzaba bien, porque la protagonista resulta que es una golfa que reconoce que, al sentirse atraída por François, un hombre casado, no dudó en meterse por medio y liarse con él, principalmente por la ventaja que ofrecía el hecho de que al estar casado, la relación no podría nunca atarla demasiado estrechamente. De hecho, el principio de la novela es una excursión de la parejita con habitación de hotel incluida, desde cuya cama Johanna se fijó en que “el techo era de un blanco sin sorpresas”.
En fin, para ser honestos, el comienzo va mucho más allá. Resulta que François eligió un lugar apartado y romántico para sorprender a su amante, pero Johanna reacciona inesperadamente. Están en Normandía, en el Monte Saint-Michel, donde se eleva una abadía levantada en honor del arcángel San Miguel. Un lugar fantástico y Patrimonio de la Humanidad, accesible desde tierra solo con la marea baja, y a merced de los mares el resto del tiempo.

Pero no es la primera vez que Johanna está allí. Fue ya una vez siendo niña, con sus padres. Y guarda de aquella visita un aterrador recuerdo, pues en sueños se le apareció un monje benedictino sin cabeza, que le anunció la frase “Ad accendum ad caelum, terram fodere opportet”, es decir, “para acceder al cielo hay que excavar la tierra”. Fue una visión que quedó grabada en su mente infantil, y que de hecho ha condicionado su vida, pues es arqueóloga, excava la tierra.

viernes, 20 de julio de 2012

Un lugar en el que nunca he estado


Un lugar en el que nunca he estado es el debut de Rosie Alison. El libro me llamó la atención cuando salió, así que ahora que está en bolsillo, me lo he comprado. Mas nunca lo hiciera…
Es una novela insulsa, no mucho, pero lo suficiente como para resultar tediosa. Se da un aire a La casa de Riverton, solo que con la Segunda Guerra Mundial en vez de la Primera, y sin la profusión de detalles y calidad literaria que adornaban la novela de la Morton, aunque fuera otro tostón de cuidado.
El argumento no estaba mal: con motivo de la Guerra, los niños de Londres son evacuados al campo. Entre ellos se encuentra Anna, una pequeña que acaba viviendo en Ashton Park, una fabulosa mansión perteneciente a una antigua familia, marcada, no obstante, por la desgracia, donde será testigo de una conmovedora historia de amor y pérdida. Así es como nos lo venden y sí, testigo fue, de primera mano, más que nada porque en cierto pasaje la pequeña estaba escondida en un armario mientras fuera dos adultos retozaban y ella se preguntaba acerca de los enigmáticos gemidos que se les escapaban.
Anna realmente no es la protagonista de la novela, pues es tan coral que no podemos decir que haya un personaje principal. La pequeña se ve separada de su madre, Roberta, al evacuarla por miedo a los bombardeos. Es un poco el hilo conductor de las tramas que involucran a los demás personajes, simplemente.
Roberta, su madre, queda en Londres, alejada también de su marido, que sirve en Egipto. Esta soledad transformará su vida, al creerse más independiente, una vez que supera la nostalgia.
Elisabeth y Thomas son el matrimonio Ashton, dueños de la mansión donde acaba residiendo Anna. Forman una triste pareja, casada por un flechazo que muchas veces se ha enfriado y pocas vuelve a arder. Y con sus vidas marcadas por la invalidez de él y la incapacidad de tener hijos, lo que les llevó a transformar su casa en colegio para acoger a los evacuados.

martes, 10 de julio de 2012

Blanca como la nieve, roja como la sangre



Esta novela me ha gustado. A pesar de adolecer de muchísimos defectos, algunos tan graves como ser absolutamente previsible, emplear demasiados tópicos o no dejar claro el público al que está dirigida. Pues de todos modos me ha gustado. Mucho.

Pero vayamos por partes. Blanca como la nieve, roja como la sangre es la primera novela de Alessandro D’Avenia, un profesor de instituto italiano. A pesar de lo que te pueda sugerir su título, no, no trata de asesinatos en los Alpes. Bastante al contrario, cuenta la historia de Leo, un chaval de 16 años con todos los problemas que se tienen a esta edad y con una visión muy particular de la vida: para él todo se expresa mediante colores. No soporta el blanco, porque representa todo lo peor: el vacío, el silencio… no tiene límites. El rojo, en cambio, es todo lo contrario: el amor y el pelo de Beatrice. Beatrice es la chica a la que ama, aunque ella todavía no lo sepa.

En la lucha de todo adolescente contra la vida Leo cuenta además con dos amigos, Niko y Silvia, cada uno de los cuales le apoya en aspectos diferentes: Niko es su colega, con quien juega al fútbol y hace piques con la moto; Silvia es su amiga, en quien puede apoyarse y le comprende.

Pero toda la existencia de Leo va a desmoronarse de repente, cuando sepa que Beatrice está enferma, que padece leucemia, y que su sangre roja se vuelve así del blanco aquel que tanto le aterra.

Éste es el argumento de la novela. Os dejo un enlace para que os leáis el primer capítulo, a ver si os engancha.

Como ya he mencionado, recurre a muchos tópicos: los padres que no te entienden, las clases aburridas, amar a una chica con la que ni siquiera se han cruzado dos palabras… Porque a ver, ¿cuántas veces habéis pensado que alguien es increíble y luego, cuando ha abierto la boca lo ha estropeado todo? Pues eso. Todos los tópicos propios de la adolescencia están presentes en este libro. Y para colmo es previsible. En cuanto lees unas cuantas páginas ya te hueles las cosas y lo que pasará. ¿Esto es un inconveniente? No lo sé, depende de cada uno. Personalmente pienso que los tópicos, aunque excesivos, acercan los personajes a los adolescentes, por lo que el lector se identifica más con ellos, sea adolescente también o simplemente lo haya sido, haga poco o mucho tiempo. Y en cuanto a lo previsible, hay libros en los que esto es una fatalidad, otros en los que adivinar algo y ver que luego pasa te alegra, regocijándote por tu perspicacia. En este caso, no hay que ser un lince para captar algunas cosas, pero aunque no te alegre ver cómo se va cumpliendo lo que suponías, es ésta una novela que supedita el argumento al mensaje, al discurrir de la vida del muchacho. Por eso, aunque sepas lo que va a ocurrir, sigues leyendo, porque te interesa el modo en que va a escribirse tal acontecimiento. Por lo menos en mi caso ha sido así, y la novela me ha gustado a pesar de que estos dos defectos podrían haberla arruinado. Seguramente otros lectores se aburrirán por eso mismo, pero ya es cosa de cada uno.

El tercer defecto que comentaba es que no está claro para qué edad es. Se trata de una novela de ésas de “despertar a la vida”, con protagonistas adolescentes y cómo se enfrentan a los problemas de la vida, aunque éstos nos sean adolescentes ni tengan edad. Imagino que un lector maduro podrá leer la novela como un revivir de aquella etapa de su vida, pero nada más. Descartado el público más mayor. Además, a un chico podría parecerle un poco moñas (menos a mí, que como últimamente me gusta la música de One Direction ya no sé qué pensar…). Así que yo lo recomendaría para chicas adolescentes o mujeres jóvenes. Para éstas últimas, leer el libro no hace que revivas la época, sino que veas que muchas cosas que ocurren, o que piensan los protagonistas también te pasaban o las pensabas tú. No es tanto transportarse a una época más feliz como darse cuenta de que lo hemos pasado, nos identificamos y hemos seguido adelante. Y para las adolescentes, pues bueno, si les gustaba “Física o química”, pues les gustará. Está claro que ellas se identificarán más que nadie, y el libro, con sus tópicos, pero también con su descubrimiento de que las clases pueden estar bien según el profesor que las imparta; de que hay cosas que cuando eres joven te parecen un mundo y tu universo se reduce a lo que te rodea, siendo tú el eje, pero que hay problemas y situaciones, pérdidas y sentimientos mucho más grandes, y que eso es la vida; y que hasta tus padres fueron jóvenes y podrían, no lo vas a creer, llegar a ser tus amigos, todo eso también puede ser un aliciente para los jóvenes que lean la novela, y vean que muchas cosas son universales y les pasan a los demás también. No es que la novela sea la panacea y vaya a servir de faro de vida de los adolescentes, pero oye, mal de muchos, consuelo de tontos…


miércoles, 27 de junio de 2012

La casa de Riverton



La casa de Riverton. Bien. Lo que me ha hecho sentir esta novela puede sintetizarse en dos palabras. Por favor, pulsad play:



 
 
Efectivamente. Es una novela sosa como pocas (el autor del blog Yos y sus paranoias diría que es más sosa que Conchita recién levantada de la siesta). Es más lenta que Oliver y Benji rematando un córner. Y encima es muy larga (o se hace), que dura más que un traje de pana.
Uno lee la sinopsis de la contraportada y ve que pone que en 1924, durante una fiesta, un joven poeta se suicida. En la actualidad se va a rodar una película, y Grace, antigua doncella de Riverton, la mansión donde sucedió todo, rememora los acontecimientos que desembocaron en la tragedia. Total, que yo esperaba misterio y suspense. Pero no…
Me compré este libro en realidad porque El jardín olvidado, que tan bien dicen que está, no ha salido aún en bolsillo, así que opté por éste, de la misma autora, pero que sí está en este formato. Once euros tirados alegremente a la basura. Con la crisis. Menos mal que dice Rajoy que “vamosh por el buen camino”.
He aquí un sabio consejo que no debéis desoír: Si un libro, aunque tenga una portada llamativa y la sinopsis parezca interesante, sale directamente en bolsillo o es sospechosamente barato, huid insensatos, como si se os echara encima una estampida de rinocerontes, huid como de una fiesta en la que pinche Paquirrín.
Yo caí en la trampa. Es cierto que salió directamente en bolsillo tras el éxito de El jardín olvidado, a pesar de ser anterior a ésta, pero pensé que estando entre los más vendidos de bolsillo y costando algo más que otros bolsillo, pues estaría bien. Error.
El maltrecho poeta apenas hace un par de apariciones durante las tres primeras cuartas partes de la novela. Y luego reaparece al final para el clímax (por llamarlo de algún modo, porque para entonces tienes tantas ganas de llegar al final y terminar con el libro…).
Quisiera explicaros un poco el argumento, pero no sé qué decir, porque pasar, lo que se dice pasar, no es que pase nada… Grace nos va desgranando una época, pero simplemente la novela transcurre con el transcurrir sencillo de la vida de sus protagonistas, a los que tampoco les suceden grandes hechos. Fuera de lo valioso de la descripción de una época ya pasada, seguro que os entretiene más salir al descansillo y que la vecina os cuente su vida…
Y lo más gordo es que se trata del ejemplo perfecto de una novela que aburre y no engancha cuando sin embargo estéticamente y a nivel de estilo es magnífica. Posee frases interesantes, bonitas metáforas, unos personajes con personalidades muy definidas, bien construidos, con una psicología desarrollada, etc. es una lástima que el sopor que produce no te deje apreciar su prosa en todo su esplendor.


sábado, 9 de junio de 2012

La tabla esmeralda



La tabla esmeralda me decepcionó en un primer momento. El primer capítulo cuenta cómo un aprendiz de pintor, Giorgione, conoce a un fraile que, por casualidad, encuentra un cilindro de piedra que, por casualidad está relacionado con un secreto que este fraile conoce. Como, por casualidad, también conoce a Lorenzo el Magnífico, pues manda al aprendiz a que le lleve el cilindro. Casualmente, Lorenzo tiene otro, y con ambos se accede, no lo vais a creer, a un secreto antiquísimo que está oculto porque la humanidad no está preparada para conocerlo. Mucha casualidad y muy tópico lo del secreto. Se ve que los antiguos eran superinteligentes y descubrieron un montón de avances increíbles que, por algún motivo decidieron ocultar en forma de clave, porque hay que ver la de libros diferentes que se sirven de ellos… Y qué lástima que, estando ellos tan avanzados, luego la humanidad fuera más ignorante de repente, cómo se estropean los cuerpos. Un día estás descubriendo un algo que revolucionaría la existencia y al siguiente estás pintando rupestremente en una cueva… ¡Qué cosas!

En fin, el caso es que Giorgione, que fue un pintor que existió realmente, propuso a Lorenzo el Magnífico recoger el secreto en un cuadro. ¿Por qué Lorenzo confió una tarea así a un aprendiz que no conocía de nada? Es más, ¿Por qué le dejó siquiera escuchar mientras hablaba del secreto? Pues son preguntas que usualmente te haces cuando tienes en las manos un libro malo.

A Dios gracias, este capítulo debía de ser de prueba, en plan “si superas estas páginas sin resoplar y hacer una hoguerita con el libro, te encontrarás después con una gran novela”. Una experiencia iniciática, o algo de eso. Casi me siento ahora de la Hermandad βπδ, pero sin haber corrido desnudo por un centro comercial abarrotado ni meterme guindillas por el… Bueno, las cosas esas que hacen los guiris en esos casos. Folklore que tienen ellos.

Total, que después del primer capítulo la cosa mejora. Muchísimo. Existe como eje central la búsqueda del cuadro, pero la novela no gira en torno a ella, sino que sirve en realidad simplemente como excusa para desarrollar una doble historia paralela, en dos tiempos, que nos cuenta las vidas de sus protagonistas. Sí, hay investigación y misterio para encontrar el gran secreto, pero sobretodo hay vidas humanas, superación, aventura, amor e intriga.

El argumento es el siguiente: de un lado, en la actualidad, el magnate y empresario Konrad Koller está interesado en hallar un cuadro perdido del famoso pintor renacentista Giorgione. Por ello le encarga a su prometida, que para eso trabaja en el Prado, que se lo busque. La tal prometida es la protagonista de la novela, Ana García-Brest. Vamos, como la Obregón pero sin ser Bióloga, escritora, guionista, poetisa, presentadora, actriz, bla, bla, bla. Simplemente Historiadora de arte. Bueno, el libro de la Obregón no ha entrado en los más vendidos, y el de la Brest sí. El caso es que las pistas conducen a nuestra Ana a un oscuro pasaje de la Segunda Guerra Mundial. Con la ayuda del profesor Arnoux, se embarcará en la búsqueda del cuadro, pero también en el descubrimiento de las vidas que se sacrificaron por custodiarlo y en el de su propia vida y el rumbo que lleva. A fin de cuentas, es lo que os contaba, no se centra en el descubrimiento de un gran secreto, sino que éste queda en segundo plano, simple excusa para todo el resto del argumento.

Del otro lado, se nos narra la historia de Sarah Bauer, una muchacha judía de Estrasburgo que, al perder a su familia a manos de los nazis, huye a Francia junto con un trabajador de su padre, Jacob, nombre muy usual desde la saga Crepúsculo, aunque en este libro suele aparecer con camiseta. Perseguidos sin embargo por un oficial nazi, Georg, encargado por el mismo Himmler, siguiendo las órdenes del Führer, de encontrar un misterioso cuadro, “El astrólogo”, pintado por Giorgione. El modo en que sus destinos se entrelazan, donde nada es lo que parece en el París ocupado, determinará sus vidas para siempre.


sábado, 26 de mayo de 2012

Donde el corazón te lleve




Donde el corazón te lleve es una novela cortita que se lee en un periquete. Narra la historia de Olga, una anciana que ha criado a su nieta. Ahora, con la adolescencia de ésta y la edad del pavo y todo eso, se han distanciado. No recuerdo si llega a mencionarse el nombre de la nieta, pero el caso es que la joven se marcha un año a Estados Unidos, para ordenar su vida, tener una experiencia de juventud, etc. Olga se queda en casa, en Trieste, respetando un acuerdo según el cual ni se llamarían ni se escribirían. Pero un día se siente mal. Es ya anciana y, viendo el rostro oscuro de la Parca aproximándose, piensa en lo que entre su nieta y ella queda por decir.

La novela es un alegato a favor de decir siempre las cosas, a no callarnos, porque ya dice Olga que “los muertos pesan, no tanto por la ausencia, como por todo aquello que entre ellos y nosotros no ha sido dicho”. De manera que decide escribir una carta a su nieta, una carta que jamás enviará, respetando el acuerdo, pero que permanecerá en la casa por si se diera la circunstancia de que la nieta volviera y la encontrara vacía y deshabitada. En ella Olga desnudará sus sentimientos, contará todo aquello que su nieta le ha preguntado sobre su madre y que ella jamás tuvo fuerza para contar, y tratará de lograr un acercamiento entre ambas que ni la muerte pueda quebrar.

Leyendo las primeras páginas de la novela lo cierto es que me puse muy tontorrón, no tanto por la novela en sí, sino porque me acordaba de mi propia abuela. Yaya, allá donde estés seguro que es un sitio genial y estás muy bien. Sabes que te queremos mucho. No te preocupes por nosotros, que vamos tirando, aunque seguro que tú nos ves desde allá.

En fin, luego la novela se aparta de este tema, centrándose en la relación entre nieta y abuela, en la historia familiar y en todo lo que ha pasado entre unas y otras. No tiene nada que ver realmente, fuera de haber una estrecha relación entre un nieto y un abuelo, pero me hizo recordar un poco La sonrisa etrusca. Lo cierto es que la novela de Sampedro me gustó mucho más. No es que ésta esté mal, para nada. Según parece fue un enorme éxito en Italia, y consagró a Susanna Tamaro. La novela está muy bien. Es solo que, bueno, si no la lees, tampoco pasa nada.

Lo que más me ha gustado de ella es que narre historias o rencillas familiares, pensamientos más o menos profundos, meditaciones, anécdotas y hasta desgarros sentimentales, siempre manteniene un tono como de charla. No sientes que estés leyendo un libro, sino que estás cómodamente sentado en casa de Olga, con ella delante, manteniendo una agradable conversación. Bueno, tú no hablas, solo ella, pero el tono es tan agradable, tan ligero, que no parece una narración pesada, sino eso, una charla íntima entre dos buenos amigos. Olga habla de su vida y a menudo se deja llevar por pensamientos y divagaciones. No lleva un orden claro, aunque nunca se siente confusión ni desorden. Cuenta, al hilo de la historia principal, detalles cotidianos, anécdotas cercanas. Y a veces se deja llevar por pensamientos profundos que, sin embargo, casi siempre clarifica con algún ejemplo metafórico, como cuando habla así del río meditando sobre cómo se ha dejado llevar en su vida: “Alguien, o el viento, de pronto, te arroja a la corriente de un río. Gracias a la materia de que estás hecha, en vez de hundirte, flotas; eso ya te parece una victoria y, por lo tanto, inmediatamente, empiezas a viajar; te deslizas veloz según la dirección que te impone la corriente; de vez en cuando, a causa de alguna maraña de raíces o de alguna piedra, te ves obligada a detenerte; allí permaneces un tiempo, golpeada por las aguas agitadas; después el agua sube y te libera, avanzas nuevamente; cuando la corriente es tranquila te mantienes en la superficie, cuando hay rápidos el agua te sumerge; no sabes hacia dónde estás yendo ni te lo has preguntado nunca; en los trechos más tranquilos tienes ocasión de observar el paisaje, las riberas, los matorrales; más que los detalles ves las formas, los colores, vas demasiado rápido para ver más; después, con el tiempo y los kilómetros, las riberas son cada vez más bajas, el río se ensancha, todavía tienes márgenes, pero por poco tiempo. ¿Adónde estoy yendo?, te preguntas entonces, y en ese momento se abre ante ti el mar”.

Y así, con confidencias, con consejos, con sinceridad, Olga habla sobre sus errores y aciertos, sobre sus sentimientos, sobre una vida que, aunque haya tenido los suficientes alicientes como para hacer entretenida una novela, su mayor virtud es que es una vida como cualquiera, cercana. La manera íntima en que la cuenta y lo sencillo, en su complejidad, de su vivir, hacen que las páginas de la novela de deslicen raudas entre los dedos. Una novela que, quizá no es la más impresionante que he leído, pero que, en su escasa duración deja entrever una profundidad explorada con tal sencillez que te provoca un algo dentro, algo indescriptible, y una cierta identificación y empatía con los personajes; esa sensación que ya he mencionado de estar sentado con Olga, charlando. Y es algo que otras novelas no me han provocado.



-Título: Donde el corazón te lleve.

-Autor: Susanna Tamaro.

-Género: Narrativa.

-Editorial: Booket.

-Precio: 7,95€.

-Isbn: 9788432217548.

-Alma: de confidencias y recuerdos, de sabiduría de vida y esperanza.



sábado, 12 de mayo de 2012

Maldito karma



Maldito karma es un libro muy gracioso, y además está a buen precio. Yo lo esperaba mejor, con toda la gente que dice que está genial, pero lo cierto es que, si buscáis una bonita historia que además os haga reír y os alegre el día, entonces personalmente prefiero La elegancia del erizo. El argumento no tiene nada que ver, pero puestos a leer un buen libro que te arranque la sonrisa, lo prefiero.
En cualquier caso, Maldito karma también está genial. Cuenta la historia de Kim Lange, una presentadora alemana muy popular, una especie de Ana Rosa, que va y se muere cuando le cae encima un lavabo. Sí, es una muerte pintoresca…
Tras fallecer, Kim descubre que existe la reencarnación de primera mano: se reencarna en hormiga. Y aprende que cada uno se reencarna en lo que le corresponde según cómo se haya comportado en vida, hasta acumular buen karma y entrar en la luz. Pero una vez muerta Kim descubre que el rollo ése del karma le trae sin cuidado, que lo que de verdad le importa es algo que no había valorado antes: su familia. Cuando vivía ponía por delante siempre su trabajo. Incluso coqueteaba con otro presentador: Daniel. Pero ahora descubre que ama todavía a su marido, y que no quiere perderse ni un momento de la vida de su hija. Así que empieza a pensar cómo usar esto del karma para poder recuperar a su familia…
La novela es muy ligera, se lee bien y resulta fresca y divertida. Kim es un personaje al que no puedes evitar apoyar, a pesar de sus dudas maritales o su rencor hacia la antigua amiga que no tarda ni un momento en querer robarle al marido. Bueno, al viudo.
Hay muchos puntos graciosos, en forma de ironía o comentarios corrosivos, más que debidos a situaciones irrisorias. Recuerdo por ejemplo dos frases. Una era dirigida a Daniel, que es una especie de Cantizano, el típico presentador guapo. El caso es que llega una modelo y llama a su puerta, y le dice que abra, que solo lleva puestas dos cosas. Cuando le pregunta el qué, ella responde: “fresas y nata”. La otra no os la voy a decir, que es hacia el final y no lo quiero destripar. Solo mencionaré que era al respecto de una cinta que impedía el paso a un edificio en ruinas. Son simplemente frases, nada más complejo, pero por su salida te hace reír. Y reír es algo que viene siempre muy bien. Puestos a tener arrugas de preocupación o de risa, y en estos tiempos la primera abunda, pues prefiero tenerlas de risa.

miércoles, 9 de mayo de 2012

La elegancia del erizo



Esta es una novela extraña. Extraña porque su argumento es un poco rarito… Pero es una gran novela.
Está contada a dos voces. Por un lado, tenemos a Renée, la portera de un edificio de viviendas de lujo en París. Ella es una mujer inteligente y sensible, fanática de Tolstoi (fue por esta novela por lo que me entraron ganas de leer Ana Karenina, cuando René la citaba con lo de que “todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada”.
Y por el otro lado está Paloma, una pequeña de doce años, extremadamente inteligente, pero con una visión peculiar de la vida.
La novela cuenta hechos cotidianos, y las reflexiones que éstos provocan en sus protagonistas. Dicho así parece un tostón, pero no, es una novela divertidísima. Narrando hechos sencillos consigue engancharnos, emocionarnos y sonreírnos.
Es como si yo cojo y os cuento que el otro día me pasó algo en el Metro. El Metro es una gran fuente de anécdotas. A mí me han tocado el culo, he visto abandonados en él fluidos corporales que ni sabía que existían, gentes de todas las clases, me han cantado el “Clavelitos” como si estuviera de boda y hasta, una vez, se me acercó un señor y me preguntó si me iba a hacer senderismo con él. De todo vamos. A mi amiga C, que está un poco rellenita, siempre le dejan sentarse porque piensan que está embarazada. A ella le molesta, pero sentarse, se sienta.
Pues el otro día iba hacia la escalera mecánica. Delante de mí pasó una señora, y después un señor un poco raro. El caso es que este hombre se fue hacia un lado cuando entró en las escaleras, y empezó “Ay, que me tuerzo y me doy” y luego siguió hablando solo. La señora se volvió pero enseguida se dio la vuelta otra vez. Y el hombre, mientras tanto empezó a decir algo de su po… de sus genitales que, gracias a Dios, no entendí. Y un señor que subía en la escalera de al lado empezó a chistarle para que callara. Y claro, yo mientras, pensando: “pero no le diga nada, oiga, a ver si se pone agresivo, que el que va detrás soy yo, que usted se va en la otra escalera, espabilao”. Y el otro venga a chistarle. En cuanto salí de la escalera me fui pitando. Todo verídico…
En fin, esto realmente no tiene nada que ver con el libro, que voy a mi aire, como Lola Flores…
El caso es que Renée, la portera, está convencida de que los vecinos deben verla como la típica portera, inculta y palurda, y aunque ella es inteligente, se esfuerza por parecer simplona. Esto da lugar a muchas situaciones divertidas y, sobre todo, a muchos comentarios cáusticos de Renée acerca de sus vecinos y la forma en que viven.
Paloma, por su parte, piensa que nadie la comprende, que es un alma única y que no hay nada en el mundo capaz de estimular su enorme inteligencia, desconocida para toda su familia (los comentarios que hace sobre su madre y el psicólogo de ésta son geniales, y cuando ella misma va a verle es la monda), así que decide que, tras unos días que concede al mundo como última oportunidad para mostrarle algo hermoso, morirá. Ha decidido quemar la casa. Cuando no haya nadie, claro, que no quiere molestar.
Y las vidas de estos dos personajes tan sorprendentes transcurren paralelas, sin ninguna de las dos descubrir a la otra, hasta que un día lo harán.

martes, 10 de abril de 2012

Las cosas que no nos dijimos



Esta no es una novela del tipo que suelo leer, pero la vi a buen precio y decidí probar. Pienso que os gustará. Reconozco que es algo extravagante el tema de que te salga alguien de un paquete (no desvelo nada, porque esto pasa al principio). Imagino que depende del contexto: si tienes un paquete en el salón de tu casa, estás con tus amigas en tu despedida de soltera y de repente sale un señor del paquete, pues probablemente es hasta lógico. Pero que así, por las buenas, el cartero te traiga un paquete con un señor dentro… Eso es más rarito.

Pero bueno, si superas la premisa de que lo del paquete es algo natural y cotidiano, entonces la novela te gustará. Cuenta la historia de Julia, una mujer a punto de casarse, con una vida aparentemente bien diseñada, como los personajes de dibujos animados que ella se dedica a crear. Pero poco antes de la boda su padre fallece. No es que sea un duro golpe, pues siempre han estado distanciados. De hecho, ella piensa que se ha ido a morir entonces solo por fastidiarla. Pero aún así comienza a pensar…

Todo se complica cuando recibe un paquete de parte de su padre muerto que pone patas arriba toda su vida, antes tan estable. Sin que su prometido entienda nada se embarca en un periplo que la lleva por los lugares de su infancia y juventud, recordando su relación con su padre, su primer gran amor y todas las cosas que, a lo largo de su vida, no ha dicho a las personas más importantes.

Nueva York, Montreal, París y Berlín serán los escenarios de esta novela. Una trama ligera y una lectura fácil y fluida la convierten en la perfecta para distraerse un rato y matar el tiempo. No puedo decir que el final sea sorprendente, pero la historia en general es buena y el libro engancha. Por algo Marc Levy es uno de los autores más leídos en Francia…

Una historia que cuenta con romanticismo sin resultar empalagosa, con relaciones familiares complicadas sin resultar tensa, y con momentos, sobre todo en las conversaciones (o riñas) entre Julia y Anthony, llenos de ironía y humor.

Si acabas de leer algún libro intenso y complejo, alterna ahora con éste, que no por ser más light dejará de gustarte menos. Puede que aprendas el valor de decir las cosas a los que quieres antes de que sea demasiado tarde, y de que a veces las segundas oportunidades hay que construirlas uno mismo, no esperar a que lleguen.

Nota: seguro que si mi amiga L lee esto pensará “ya te dije que te iba a gustar, a ver si ahora te lees a Moccia”. Pero creo que eso ya es demasiado para mí…

Si quieres saber más de la novela, pincha aquí.


-Título: Las cosas que no nos dijimos.
-Autor: Marc Levy.
-Género: Narrativa.
-Editorial: Planeta o Booket.
-Precio: 19,50€ en rústica; 8,95€ en bolsillo.
-Isbn: 9788408087236 en Planeta. 9788408094036 en Booket.
-Alma: indecisa, reconciliadora, de recuerdos y perspectivas futuras.

jueves, 5 de abril de 2012

La soledad de los números primos




Es muy complejo hacerse una idea de este libro. Es un éxito de ventas, y a mucha gente le ha entusiasmado. Sin embargo, por mi parte, creo que va a ser la primera reseña negativa de este blog. Y me consta que muchos de los que lean esto estarán en desacuerdo conmigo, pero si no expresara aquí mi opinión personal no os serviría de nada este blog, simplemente con que buscarais la sinopsis de una novela en la página de la editorial os haría el mismo servicio. Así que si escribo una opinión que no compartís, pues bien, eso es constructivo, pues de lo que trato es de orientaros para que podáis escoger los libros que más vayan a gustaros, y ver distintos puntos de vista es muy útil para ello.

Dicho esto, empecemos. El título de la novela, ópera prima de Paolo Giordano, es de lo más sugerente, y recoge la esencia del argumento: los números primos son aquellos divisibles tan solo por ellos mismos (y por uno), por lo que, extendiendo la metáfora a la vida, serían como personas que siempre están solas. Pero vamos más allá: entre los números primos hay algunos muy especiales, parejas de primos separados tan solo por otro número, un número par. Números que, estando tan próximos, nunca llegan a tocarse. Y éste es el punto de partida de la novela.

Alice y Mattia son los protagonistas. Los seguimos desde su infancia hasta su vida adulta. Partimos de sendas experiencias traumáticas en su vida que los marcarán para siempre, condicionando esos momentos todo el resto de su vida. Unas vidas complicadas, tanto en su infancia, con sus crueles compañeros, como en su casa, con sus complejas relaciones familiares; como entre ellos, siempre cerca, pero girando como en espiral, de modo que siempre conservan la misma distancia. Cuando parece que se tocan siempre es no obstante a través de un invisible cristal que jamás permite el roce de piel con piel, calor con calor. Vidas desdichadas que a menudo se sabotean ellos mismos, por una especie de convencimiento de que deben y merecen la infelicidad. Enfermos de pena incapaces de reparar sus vidas o de hallar un alivio en nada. Convenciéndose siempre de que no es posible, viviendo sin vivir, o peor, viviendo como espectadores pero censurando ferozmente cada imagen que ven. Y cuando el entorno y uno mismo se confabulan para actuar así, difícilmente se encuentra consuelo. El pozo es cada vez más profundo, y la soledad de esos pobres números primos, mayor. Incluso cuando no están solos.

La novela se lee fácilmente, es muy fluida, está bien estructurada y escrita. Los personajes están bien construidos, especialmente los protagonistas, con una psicología complejísima y una elaborada relación con ellos mismos, entre ellos y con su entorno. Realmente la novela es impecable, desde el punto de vista de la técnica. Pero la técnica no lo es todo. Sin embargo ni siquiera eso falla aquí. Sí, algún detalle se podría mejorar, hay novelas mejores, pero tampoco eso es lo que falla. Recuerdan, si han leído Ana Karenina, cuando Ana y Vronsky acuden al estudio del pintor Mijailov para admirar su obra y éste se molesta cuando hablan de técnica, pensando que el más hábil pintor no puede pintar una obra de arte solo con técnica. Pues, como digo, ni eso falla aquí. El libro es no solo está bien escrito, sino que es profundo, hace pensar y hasta tiene pasajes hermosos. Me lo leí del tirón, en un único día de ávida lectura.

¿Por qué entonces no me gusta? Por su absoluta, perenne y omnipresente tristeza. Por la melancolía que chorrea de cada página formando un charco a nuestros pies que crece hasta que nos abruma y ahoga. Después de leerlo acabé con una depresión de caballo. Este libro es lo más deprimente que nunca jamás he leído, porque encadena una sucesión de desgracias, una tras otra, sin tregua. Y, puesto que básicamente en eso consiste la vida, cuando lees un libro te gusta que todo pase igual: personajes que, partiendo de un hecho duro van fortaleciéndose y acaban estupendamente. Eso es un libro como Dios manda, porque no pasa en la realidad. Para eso leo un periódico. Tiene menos arte, pero me informa igual de las desgracias cotidianas. Igual la culpa fue mía, no digo que no. Puede que si dosificas el libro, si lo lees en varias fases, no acumules tanto sentimiento negativo, tanta melancolía y compasión por los personajes, y entonces sea otra cosa. No sé. Sea como sea, a pesar de que es un libro con unas críticas excelentes, creo que podéis encontrar otros igual de buenos y que os entretengan de un modo más positivo. Y si, de todos modos decidís leerlo, aseguraos de que sea en un momento en que sufráis exceso de euforia…


-Título: La soledad de los números primos.

-Autor: Paolo Giordano.

-Género: Narrativa.

-Editorial: Salamandra.

-Precio: 17€ en cartoné; 8,50€ en bolsillo.

-Isbn: 9788498382051 en rústica. 9788498383454 en bolsillo.

-Alma: melancólica, incomprendida, de nieve, agua profunda y estancia sin aire.

lunes, 2 de abril de 2012

El cuento número trece


Este libro me lo prestó mi amiga R. Yo estoy totalmente en contra del préstamo de libros. Cuando lees un libro estableces una especie de comunión con él: lo vives y le das vida a través de su lectura, encarnando los personajes en tu imaginación, prolongando sus vidas más allá del fin de las páginas de la novela y dotándoles de carne y sangre, convirtiendo los personajes en personas. Por eso me siento muy celoso si tengo que prestar un libro (nunca lo hago), y me apena mucho separarme de él cuando lo devuelvo (nunca los pido prestados). Al leer un libro estableces un vínculo. Ya sea positivo si el libro te gusta, negativo si no es así, o incluso indiferente si no te da ni frío ni calor, aunque todos los libros tienen por lo menos un párrafo, una frase al menos, que se te queda grabada y pasa a formar parte de ti. Por eso no me gusta prestar libros, porque es prestar algo muy íntimo de mí.
Pero el caso es que R me prestó éste. Y me alegro, porque me gustó mucho. Yo iba con recelo, porque ella a veces dice que está bien y otras que no está mal, lo cual es muy distinto. Pero lo cierto es que está bastante bien.
La sinopsis es simple: Vida Winter es una conocidísima escritora, cuyos libros se venden como churros, pero que vive retirada en una mansión campestre y de la que no se conoce nada antes de que empezara a escribir. Una señora misteriosa que, por si fuera poco, cuando la prensa la entrevista con motivo de alguna publicación, siempre les cuenta alguna historia. Los periodistas le piden que cuente algo de su vida, y ella les cuenta historias. Tramas que no fructificaron y no aparecen en sus libros, personajes demasiado mediocres para una novela, situaciones que adornan una vida que de otro modo languidecería envuelta en su prosaica realidad. Porque para Vida Winter improvisar una historia llena de talento es algo natural. Ella reconoce que muchas de esas historias, nada para ella, supondrían el mayor hito de muchos otros escritores.
Pero algo pasa, algo cambia. Se hace mayor, está enferma y, como a todos cuando apenas nos separa un paso del umbral de la muerte, se detiene a mirar atrás, y los fantasmas que ven le urgen a contar, por fin, la verdad. No una historia, sino la simple y sencilla verdad. Su historia.
Margaret Lea, una tranquila librera, recibe una carta que la llena de pasmo: Vida Winter desea que sea su biógrafa. No es que sea una experta, ella conoce el mundo del libro, al regentar con su padre un negocio de libros antiguos. Le encantan las novelas del siglo XIX y tiene como afición escribir biografías de personas ya fallecidas, de las que nadie se acuerda. Por eso le sorprende que la srta. Winter la elija a ella, quien no ha leído una novela de la famosa escritora en su vida.
Éste es el comienzo, el planteamiento sobre el que surge la trama de la novela. Y precisamente las primeras páginas son las mejores. El estilo con que están escritas te dejan fuera de toda duda que estás ante una gran novela. En esas primeras páginas hay frases y párrafos enteros que son obras de arte. Luego el estilo decae un poco, para centrarse más en la historia, pero esas primeras páginas ya te han subyugado. He buscado el primer capítulo, para poneros un enlace, como hago otras veces, pero Random House no lo tiene en la web. Una pena.
La historia prosigue cuando Margaret decide aceptar el encargo y se traslada a vivir a la mansión de la anciana. A partir de ahí se desarrolla ante nuestros ojos una historia de misterio, secretos familiares y fantasmas del pasado.
Los personajes son fascinantes. Vida Winter es la típica anciana exigente, acostumbrada a hacer lo que quiere y que todo el mundo le baile el agua. Los personajes secundarios están perfectamente desarrollados, tanto los del pasado como los del presente, todos con sus propias historias que contar: el médico, simpre con una opinión; la institutriz, tan eficiente; las niñas; su madre y su tío tan apartados de lo real; el servicio, alma de la casa; el doctor de Vida, con sus peculiares recetas de Arthur Conan Doyle; el padre de Margaret, y hasta su madre, que sin aparecer una sola vez parece que la conocemos de tanto como se hace presente en el pensamiento de Margaret. Personaje éste, el de Margaret, lleno de vida, de sentimientos, de pensamientos, de miedos, de angustias, de sombras y fantasmas, de pérdida y de anhelos. Se siente a medias, gemela sin hermana en una historia de gemelas. Y toda la trama, presente y pasada, confluye en sus manos, según va atando cabos, según todos los personajes van ocupando su posición en este puzle perfecto.
Una historia intensa, cierto que a veces es algo excéntrica, pues el estado de dejadez en que viven los personajes del pasado se hace algo exagerada. El mundo interior de las gemelas, con su lenguaje, tan apartadas, a veces es algo hiperbólico. Pero aún así es una historia magnífica, que descubre en el personaje de Margaret uno de los más profundos y desarrollados, uno de los personajes con mayor vida interior que he leído. Y que, con su amor por la lectura y los libros (estos libros que hablan de otros son una lata, ahora estoy deseando leer Jane Eyre y La dama de blanco…) no puede dejar de resultar atractivo a los que, como yo, nos apasiona asimismo leer.
Un libro perfecto, por ejemplo, si, aunque aún falta un mes, estás ya pensando en qué regalarle a tu madre por su día. Que lo disfrutes.

-Título: El cuento número trece.
-Autor: Diane Setterfield.
-Género: Narrativa.
-Editorial: Lumen o Debolsillo.
-Precio: 21,90€ en cartoné; 9,95€ en bolsillo.
-Isbn: 9788426416049 en Lumen. 9788499088068 en Debolsillo.
-Alma: de secretos y sombras, de dobles y mitades, de chocolate caliente.