Es muy
complejo hacerse una idea de este libro. Es un éxito de ventas, y a mucha gente
le ha entusiasmado. Sin embargo, por mi parte, creo que va a ser la primera
reseña negativa de este blog. Y me consta que muchos de los que lean esto
estarán en desacuerdo conmigo, pero si no expresara aquí mi opinión personal no
os serviría de nada este blog, simplemente con que buscarais la sinopsis de una
novela en la página de la editorial os haría el mismo servicio. Así que si
escribo una opinión que no compartís, pues bien, eso es constructivo, pues de
lo que trato es de orientaros para que podáis escoger los libros que más vayan
a gustaros, y ver distintos puntos de vista es muy útil para ello.
Dicho esto,
empecemos. El título de la novela, ópera prima de Paolo Giordano, es de lo
más sugerente, y recoge la esencia del argumento: los números primos son
aquellos divisibles tan solo por ellos mismos (y por uno), por lo que,
extendiendo la metáfora a la vida, serían como personas que siempre están
solas. Pero vamos más allá: entre los números primos hay algunos muy
especiales, parejas de primos separados tan solo por otro número, un número
par. Números que, estando tan próximos, nunca llegan a tocarse. Y éste es el
punto de partida de la novela.
Alice y
Mattia son los protagonistas. Los seguimos desde su infancia hasta su vida
adulta. Partimos de sendas experiencias traumáticas en su vida que los marcarán
para siempre, condicionando esos momentos todo el resto de su vida. Unas vidas
complicadas, tanto en su infancia, con sus crueles compañeros, como en su casa,
con sus complejas relaciones familiares; como entre ellos, siempre cerca, pero girando
como en espiral, de modo que siempre conservan la misma distancia. Cuando parece que se tocan siempre es no obstante a través de un invisible cristal que jamás permite el roce de piel con piel, calor con calor. Vidas desdichadas
que a menudo se sabotean ellos mismos, por una especie de convencimiento de que
deben y merecen la infelicidad. Enfermos de pena incapaces de reparar sus vidas
o de hallar un alivio en nada. Convenciéndose siempre de que no es posible,
viviendo sin vivir, o peor, viviendo como espectadores pero censurando
ferozmente cada imagen que ven. Y cuando el entorno y uno mismo se confabulan
para actuar así, difícilmente se encuentra consuelo. El pozo es cada vez más
profundo, y la soledad de esos pobres números primos, mayor. Incluso cuando no están solos.
La novela se
lee fácilmente, es muy fluida, está bien estructurada y escrita. Los personajes
están bien construidos, especialmente los protagonistas, con una psicología
complejísima y una elaborada relación con ellos mismos, entre ellos y con su
entorno. Realmente la novela es impecable, desde el punto de vista de la
técnica. Pero la técnica no lo es todo. Sin embargo ni siquiera eso falla aquí.
Sí, algún detalle se podría mejorar, hay novelas mejores, pero tampoco eso es
lo que falla. Recuerdan, si han leído Ana
Karenina, cuando Ana y Vronsky acuden al estudio del pintor Mijailov para
admirar su obra y éste se molesta cuando hablan de técnica, pensando que el más
hábil pintor no puede pintar una obra de arte solo con técnica. Pues, como
digo, ni eso falla aquí. El libro es no solo está bien escrito, sino que es
profundo, hace pensar y hasta tiene pasajes hermosos. Me lo leí del tirón, en
un único día de ávida lectura.
¿Por qué entonces
no me gusta? Por su absoluta, perenne y omnipresente tristeza. Por la
melancolía que chorrea de cada página formando un charco a nuestros pies que
crece hasta que nos abruma y ahoga. Después de leerlo acabé con una depresión
de caballo. Este libro es lo más deprimente que nunca jamás he leído, porque
encadena una sucesión de desgracias, una tras otra, sin tregua. Y, puesto que básicamente
en eso consiste la vida, cuando lees un libro te gusta que todo pase igual: personajes
que, partiendo de un hecho duro van fortaleciéndose y acaban estupendamente. Eso
es un libro como Dios manda, porque no pasa en la realidad. Para eso leo un
periódico. Tiene menos arte, pero me informa igual de las desgracias
cotidianas. Igual la culpa fue mía, no digo que no. Puede que si dosificas el
libro, si lo lees en varias fases, no acumules tanto sentimiento negativo, tanta
melancolía y compasión por los personajes, y entonces sea otra cosa. No sé. Sea
como sea, a pesar de que es un libro con unas críticas excelentes, creo que
podéis encontrar otros igual de buenos y que os entretengan de un modo más positivo.
Y si, de todos modos decidís leerlo, aseguraos de que sea en un momento en que
sufráis exceso de euforia…
-Título:
La soledad de los números primos.
-Autor:
Paolo Giordano.
-Género:
Narrativa.
-Editorial:
Salamandra.
-Precio:
17€ en cartoné; 8,50€ en bolsillo.
-Isbn:
9788498382051 en rústica. 9788498383454 en bolsillo.
-Alma:
melancólica, incomprendida, de nieve, agua profunda y estancia sin aire.
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