Esta novela
me la regaló A. Está coescrita por Javier Negrete y Juan Miguel Aguilera. Al
segundo la verdad es que no le conocía. Al primero sí, aunque no había leído
nada suyo antes.
El libro
mezcla una epidemia, zombis (en realidad no son tales, pero a efectos prácticos
y de que te vayan a pegar un mordisco, da lo mismo), amenazas biológicas y un
grupo de personas atrapadas en medio de todo ello. El resultado: venga carreras
p’arriba y p’abajo, a lo loco.
Laura Fuster,
la protagonista, es una doctora experta en armas biológicas, que trabaja para
la OPBW, una organización internacional que busca y destruye este tipo de
armamento. Laura es una gran profesional, a la que apodan “la superwoman”, pero
está lastrada por un fuerte trauma emocional fruto de su última misión, una
expedición a Irak que se torció al caer en manos de unos terroristas. Desde
entonces está retirada, tratándose con ansiolíticos y procurando volver a ser
ella mima. Si es que a perro flaco todo se le vuelve pulgas, porque su
superiora, Annia, considera que está lista para reincorporarse e investigar una
alarma aparentemente poco importante: en el pueblo de Matavientos, en España
(sí, la novela transcurre aquí, que nosotros también podemos tener estas cosas
apocalípticas, no solo los guiris), se han registrado varios casos de
meningitis.
Laura se
desplaza hasta allí, acompañada por un técnico forense, Eric, medio colado por
ella, para certificar si realmente se trata de meningitis y valorar el alcance
de la epidemia. Pero lo que parece algo rutinario enseguida se complica.
Matavientos
es un pueblo rodeado por invernaderos, donde se cultiva la mayor parte de la
fruta que se exporta a toda Europa. Viven allí multitud de inmigrantes, tanto
legales como, sobre todo, ilegales, y un pequeño porcentaje de población local.
La zona está acordonada, para que la enfermedad no se extienda. Y Laura se da
cuenta enseguida, por los informes que recibe al llegar y una grabación
bastante inquietante, que allí se agazapa algo mucho más terrible. ¿Un ataque
terrorista? ¿Una epidemia natural? El caso es que hay un virus que evoluciona
muy rápidamente y vuelve agresiva a la persona infectada. También hace que le
entren ganas de retozar, aumentando su libido, pero lo inquietante es lo de la
agresividad, claro. Porque una cosa es que te den mordisquitos y otra que te
arranquen algo de un bocado…
Laura, junto
con Eric, un grupo de militares y otro médico, el doctor Aguirre, un personaje
bastante enigmático, se adentra en la zona, buscando respuestas y tratando de
descubrir si se trata de bioterrorismo. Allí quedarán aislados, haciendo frente
junto a un pequeño grupo de supervivientes locales a la horda de infectados
que, al estilo de los zombis tan de moda ahora, tratarán de quitarles esos
michelines que les sobran de un modo algo tajante.
La novela al
principio no me entusiasmó demasiado. Este tipo de novelas tiene demasiados
tópicos, y resulta complicado sustraerse a ellos. Además, tampoco me pareció demasiado
buena. Luego, a medida que la novela avanza, se pone más interesante, y aunque
al final puedo decir que me ha gustado, tampoco es una obra maestra, sino una
novela para leer en esos momentos en los que se busca distracción sin
complicarse con una novela más elaborada o compleja.
Lo que
encontraremos en ella está claro: una plaga terrible, un secreto que no se
desvela hasta el último momento y muchas prisas, porque cuando ves a un
infectado corriendo hacia ti no te quedas ahí para preguntarte qué querrá, sino
que te lanzas a toda pastilla. Acción, tiros y adrenalina, junto con el cerval
terror humano a enfermar son los elementos claves de la novela.
Aparecen
escenas gore, claro, pero si esto te supone un problema, tranquilo, los autores
no se han explayado en ello, y aunque haya cosas algo asquerosas, en general la
novela no dañará la sensibilidad de nadie. Se ven cosas peores en Sálvame. Y
además, aunque los infectados aparecen deshumanizados, se incluye en un
capítulo las sensaciones y pensamientos que uno de ellos alberga, lo cual es
bastante insólito tratándose de algo parecido a un zombi, y me ha parecido muy
original, sorprendiéndome gratamente. Le da una nueva dimensión al tema y hace
que te acerques a los infectados y recuerdes que, a pesar de en lo que se han
convertido, fueron alguna vez humanos, con recuerdos, sentimientos, familia y
anhelos de felicidad.
Y al margen
de la historia, que es lo que uno ya espera en esta clase de novelas, lo bueno
de La zona es que destaca una serie
de temas en los que el lector puede pensar con mayor profundidad. Por ejemplo,
me llamó la atención un enfoque de la historia de Moisés en el que jamás había
meditado: Moisés podría decirse que fue el primer bioterrorista de quien hay
registro, pues amenazó a un gobierno con plagas si no se sometía a sus
exigencias, y, efectivamente, las plagas se desataron y murieron incluso niños,
los primogénitos de cada familia. Yo leo la Biblia o veo a Charlton Heston y me
parece el bueno, no lo había visto nunca desde el otro lado.
Otras cosas
sobre las que pensar, meditar y recapacitar son temas como la inmigración
ilegal y las condiciones en que estas personas trabajan en nuestro país. Se
menciona en la novela el problema de El Ejido, y se recalca que conviene
emplear ilegales, hasta que aprenden español y con ello sus derechos, momento
en que se prescinde de ellos y se les
sustituye por una remesa nueva.
Se
sensibiliza al lector también sobre el tema de las farmacéuticas y cómo África
es casi un gran laboratorio, y cómo la salud es solo un negocio.
Y también se
habla sobre el estado de bienestar, cómo es insostenible que todos podamos
vivir cómodamente, pues el planeta no da de sí, cómo no queremos renunciar a
esos privilegios, como la fruta fresca que se cultiva en Matavientos, a pesar
de los perjuicios ambientales que conlleva, cómo se explotan los países menos
desarrollados y sus gentes, con cierto paralelismo orwelliano que no es
novelado, sino real en nuestros días, etc. Tópicos y demagogias que ya
conocemos, pero vale la pena pararse a pensar en ellos. ¿Habéis meditado por
ejemplo en cómo en España mismamente hay muchos universitarios, siendo más
fácil ahora acceder a estudios superiores, lo cual es bueno, indiscutiblemente,
pero que así no queda gente para los trabajos menos cualificados, los de la
base de la sociedad, y en cambio se saturan los demás? Todo el mundo aspira a
algo mejor, pero existen tareas imprescindibles que nadie desea hacer, pero
deben realizarse. ¿Quién las hará si todos buscamos algo mejor? Ésta es la
piedra angular de la novela: el quién se encargará de los trabajos más viles si
no es una casta como la de los épsilones de Un
mundo feliz, de Huxley.
De modo que,
aunque es una novela prescindible si no eres amante de la ciencia ficción y las
novelas apocalípticas, puedes darle una oportunidad, ahora que hemos
descubierto lo del déficit de España y lo mal que está la economía…
-Título:
La zona.
-Autor:
Javier Negrete y Juan Miguel Aguilera.
-Género:
Ciencia ficción.
-Editorial:
Espasa.
-Precio:
19,90€.
-Isbn:
9788467037128.
-Alma:
Turbia, espesa como brea, rabiosa, insidiosa, pero de colaboración y equipo.
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