miércoles, 25 de abril de 2012

La zona




Esta novela me la regaló A. Está coescrita por Javier Negrete y Juan Miguel Aguilera. Al segundo la verdad es que no le conocía. Al primero sí, aunque no había leído nada suyo antes.

El libro mezcla una epidemia, zombis (en realidad no son tales, pero a efectos prácticos y de que te vayan a pegar un mordisco, da lo mismo), amenazas biológicas y un grupo de personas atrapadas en medio de todo ello. El resultado: venga carreras p’arriba y p’abajo, a lo loco.

Laura Fuster, la protagonista, es una doctora experta en armas biológicas, que trabaja para la OPBW, una organización internacional que busca y destruye este tipo de armamento. Laura es una gran profesional, a la que apodan “la superwoman”, pero está lastrada por un fuerte trauma emocional fruto de su última misión, una expedición a Irak que se torció al caer en manos de unos terroristas. Desde entonces está retirada, tratándose con ansiolíticos y procurando volver a ser ella mima. Si es que a perro flaco todo se le vuelve pulgas, porque su superiora, Annia, considera que está lista para reincorporarse e investigar una alarma aparentemente poco importante: en el pueblo de Matavientos, en España (sí, la novela transcurre aquí, que nosotros también podemos tener estas cosas apocalípticas, no solo los guiris), se han registrado varios casos de meningitis.

Laura se desplaza hasta allí, acompañada por un técnico forense, Eric, medio colado por ella, para certificar si realmente se trata de meningitis y valorar el alcance de la epidemia. Pero lo que parece algo rutinario enseguida se complica.

Matavientos es un pueblo rodeado por invernaderos, donde se cultiva la mayor parte de la fruta que se exporta a toda Europa. Viven allí multitud de inmigrantes, tanto legales como, sobre todo, ilegales, y un pequeño porcentaje de población local. La zona está acordonada, para que la enfermedad no se extienda. Y Laura se da cuenta enseguida, por los informes que recibe al llegar y una grabación bastante inquietante, que allí se agazapa algo mucho más terrible. ¿Un ataque terrorista? ¿Una epidemia natural? El caso es que hay un virus que evoluciona muy rápidamente y vuelve agresiva a la persona infectada. También hace que le entren ganas de retozar, aumentando su libido, pero lo inquietante es lo de la agresividad, claro. Porque una cosa es que te den mordisquitos y otra que te arranquen algo de un bocado…


Laura, junto con Eric, un grupo de militares y otro médico, el doctor Aguirre, un personaje bastante enigmático, se adentra en la zona, buscando respuestas y tratando de descubrir si se trata de bioterrorismo. Allí quedarán aislados, haciendo frente junto a un pequeño grupo de supervivientes locales a la horda de infectados que, al estilo de los zombis tan de moda ahora, tratarán de quitarles esos michelines que les sobran de un modo algo tajante.

La novela al principio no me entusiasmó demasiado. Este tipo de novelas tiene demasiados tópicos, y resulta complicado sustraerse a ellos. Además, tampoco me pareció demasiado buena. Luego, a medida que la novela avanza, se pone más interesante, y aunque al final puedo decir que me ha gustado, tampoco es una obra maestra, sino una novela para leer en esos momentos en los que se busca distracción sin complicarse con una novela más elaborada o compleja.

Lo que encontraremos en ella está claro: una plaga terrible, un secreto que no se desvela hasta el último momento y muchas prisas, porque cuando ves a un infectado corriendo hacia ti no te quedas ahí para preguntarte qué querrá, sino que te lanzas a toda pastilla. Acción, tiros y adrenalina, junto con el cerval terror humano a enfermar son los elementos claves de la novela.

Aparecen escenas gore, claro, pero si esto te supone un problema, tranquilo, los autores no se han explayado en ello, y aunque haya cosas algo asquerosas, en general la novela no dañará la sensibilidad de nadie. Se ven cosas peores en Sálvame. Y además, aunque los infectados aparecen deshumanizados, se incluye en un capítulo las sensaciones y pensamientos que uno de ellos alberga, lo cual es bastante insólito tratándose de algo parecido a un zombi, y me ha parecido muy original, sorprendiéndome gratamente. Le da una nueva dimensión al tema y hace que te acerques a los infectados y recuerdes que, a pesar de en lo que se han convertido, fueron alguna vez humanos, con recuerdos, sentimientos, familia y anhelos de felicidad.

Y al margen de la historia, que es lo que uno ya espera en esta clase de novelas, lo bueno de La zona es que destaca una serie de temas en los que el lector puede pensar con mayor profundidad. Por ejemplo, me llamó la atención un enfoque de la historia de Moisés en el que jamás había meditado: Moisés podría decirse que fue el primer bioterrorista de quien hay registro, pues amenazó a un gobierno con plagas si no se sometía a sus exigencias, y, efectivamente, las plagas se desataron y murieron incluso niños, los primogénitos de cada familia. Yo leo la Biblia o veo a Charlton Heston y me parece el bueno, no lo había visto nunca desde el otro lado.

Otras cosas sobre las que pensar, meditar y recapacitar son temas como la inmigración ilegal y las condiciones en que estas personas trabajan en nuestro país. Se menciona en la novela el problema de El Ejido, y se recalca que conviene emplear ilegales, hasta que aprenden español y con ello sus derechos, momento en que se  prescinde de ellos y se les sustituye por una remesa nueva.

Se sensibiliza al lector también sobre el tema de las farmacéuticas y cómo África es casi un gran laboratorio, y cómo la salud es solo un negocio.

Y también se habla sobre el estado de bienestar, cómo es insostenible que todos podamos vivir cómodamente, pues el planeta no da de sí, cómo no queremos renunciar a esos privilegios, como la fruta fresca que se cultiva en Matavientos, a pesar de los perjuicios ambientales que conlleva, cómo se explotan los países menos desarrollados y sus gentes, con cierto paralelismo orwelliano que no es novelado, sino real en nuestros días, etc. Tópicos y demagogias que ya conocemos, pero vale la pena pararse a pensar en ellos. ¿Habéis meditado por ejemplo en cómo en España mismamente hay muchos universitarios, siendo más fácil ahora acceder a estudios superiores, lo cual es bueno, indiscutiblemente, pero que así no queda gente para los trabajos menos cualificados, los de la base de la sociedad, y en cambio se saturan los demás? Todo el mundo aspira a algo mejor, pero existen tareas imprescindibles que nadie desea hacer, pero deben realizarse. ¿Quién las hará si todos buscamos algo mejor? Ésta es la piedra angular de la novela: el quién se encargará de los trabajos más viles si no es una casta como la de los épsilones de Un mundo feliz, de Huxley.

De modo que, aunque es una novela prescindible si no eres amante de la ciencia ficción y las novelas apocalípticas, puedes darle una oportunidad, ahora que hemos descubierto lo del déficit de España y lo mal que está la economía…



-Título: La zona.

-Autor: Javier Negrete y Juan Miguel Aguilera.

-Género: Ciencia ficción.

-Editorial: Espasa.

-Precio: 19,90€.

-Isbn: 9788467037128.

-Alma: Turbia, espesa como brea, rabiosa, insidiosa, pero de colaboración y equipo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...