domingo, 15 de septiembre de 2013

El psicoanalista

 

A estas alturas El psicoanalista es ya un clásico de la literatura. Publicado por vez primera en 2002, se trata de una novela de misterio y suspense, y es el libro más conocido de John Katzenbach.
No os puedo desvelar apenas nada de la trama, porque es necesario que vayáis descubriendo vosotros su intriga (aunque es algo predecible). Os diré solamente que el protagonista es Ricky Starks (que debe de ser pariente de los Stark de Invernalia), un tranquilo psicoanalista (el título da la pista sobre lo que os vais a encontrar, claro) con una cotidiana consulta en Nueva York. Es un hombre apacible y campechano, como el rey, con una vida sin sobresaltos que transcurre monótonamente, especialmente desde el fallecimiento de su esposa hace unos años por culpa de un cáncer. Pero esta vida de calma cambiará cuando el doctor reciba un sorprendente anónimo: alguien que no se identifica (en eso consisten los anónimos) le dice que a lo largo de su vida profesional cometió un error que arruinó su vida. Ahora esta persona ha planeado un “juego”: Ricky dispone de una quincena para investigar y descubrir el nombre de la persona que le amenaza, y que se hace llamar Rumplestiltskin, como el perverso duende del cuento.
 
 
La frase con la que comienza el anónimo es bastante conocida, y seguro que te suena (imagínate al leerla la voz de Anthony Hopkins charlando con Clarice sobre corderos):
 
“Feliz 53º cumpleaños, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte”

KATZENBACH, John (2011). El psicoanalista. Ediciones B: Barcelona. Pg. 15. ISBN: 9788466649568.

El final del juego depende de los progresos que realice el doctor en este sentido, y en caso de fracaso dispone de dos opciones. La primera será suicidarse, y de esa manera se acabará todo. La segunda, dejar que Rumplestiltskin desate su venganza sobre un miembro de su familia al azar, al que destruirá:

“Una palabra muy interesante. Podría significar la bancarrota financiera. Podría significar la ruina social. Podría significar la violación psicológica.

También podría significar el asesinato. Es algo que deberá preguntarse. Podría ser alguien joven o alguien viejo. Hombre o mujer. Rico o pobre. Lo único que le prometo es que será la clase de hecho que ellos –sus seres queridos– no superarán nunca, por muchos años que hagan psicoanálisis”.



KATZENBACH, John (2011). El psicoanalista. Ediciones B: Barcelona. Pg. 18-19. ISBN: 9788466649568.

 
En este juego, un juego de venganza al estilo de El conde de Montecristo, Ricky partirá con el convencimiento de lo decidido del propósito del señor R, pues este se encargará desde el principio de demostrarle que no conoce límites, y se verá acompañado por un guía: una enigmática mujer que se hace llamar Virgil, como el cicerone que condujera a Dante por los Infiernos (tras haber leído no hace mucho Inferno de Dan Brown ha sido esta una peculiar coincidencia).
Y poco más es lo que puedo contar sin desvelar los entresijos de la trama. Reconozco que al principio se mezclaban partes que me enganchaban con trozos más pesados, en los que Katzenbach divagaba un poco y que estabas deseando que acabaran para volver a la intriga. Pero en conjunto me ha parecido un libro  recomendable. Engancha más cuanto más se avanza en él y se lee fácilmente. Me gustaría hablaros del final, de lo que pensé sobre él, pero eso os estropearía el libro…
A pesar de titularse El psicoanalista, no temáis, no abundan términos médicos ni psicológicos que os descentren y aburran. Se habla de la labor de este profesional, pues evidentemente el protagonista basa su vida, su experiencia y su manera de pensar y ver las cosas en el trabajo al que se ha dedicado tantos años, pero no vais a encontrar tecnicismos médicos que entorpezcan la lectura. Ni tampoco se abusa del juego mental, aunque, por supuesto, la importancia psicológica de la trama es grande, aunque no sea más que por tratar de responder a la cuestión que Ricky deberá plantearse si fracasa en el juego: ¿deberá suicidarse o dejar que un inocente pague su culpa? ¿Qué haríais vosotros en su caso? Es una cuestión interesante de meditar. ¿Estaríais dispuestos a tal sacrificio? ¿Os importaría más otra persona que, aunque sea un familiar, apenas conocéis, que vuestra propia vida?
¿Y si consideráis que la culpa de la que se os acusa no es tan grande como para exigir razonablemente que paguéis con la vida? ¿En ese caso os suicidaríais o dejaríais morir a otro?
Por otra parte, esta clase de novelas siempre me ha planteado una cuestión, que ahora os trasladaré a vosotros. En este caso, no voy a desvelar si la culpa de Ricky es grande o pequeña, ya lo descubriréis si leéis el libro. Pero os voy a plantear un caso: a menudo, en libros, películas, etc. nos encontramos con que los protagonistas en realidad no son héroes, sino gente perversa condenada por nuestra moral: asesinos, ladrones y demás. Sin embargo, son los protagonistas de la novela, nos caen bien y nos alegramos cuando, tras planear un gran robo, consiguen realizarlo con éxito, escapar de la policía y disfrutar de unas vacaciones perpetuas en una playa paradisíaca. Y nos olvidamos de que robar está mal. No nos importa identificarnos y simpatizar con un ladrón. ¿Habéis pensado alguna vez en ello? No es que tenga que ver directamente con la novela, pero me surgió la cuestión leyéndola. Porque alguno, ante las preguntas que realicé antes, podría contestar: “no, yo ni me suicidaría ni dejaría que pagara un inocente, yo iría a por ese tío y acabaría con él”. Pero recordad que el señor R acusa a Ricky de haber arruinado completamente su vida.  Entonces, ¿es justo que Ricky se libre, o debe pagar la culpa que tenga?
No os voy a decir lo que al final ocurre en el libro, leedlo. Pero al margen de ello, es una interesante cuestión moral sobre la que pararse a pensar…
Otra cosa que me ha llamado la atención al leer el libro es el tema de la identidad. Al intentar Ricky descubrir el nombre verdadero del señor R, realiza una búsqueda en Internet con los términos “identidad falsa”, y descubre que resulta relativamente sencillo y que hasta hay empresas que se dedican a ello, declinando la responsabilidad legal alegando que es solo con fines de ocio. Evidentemente, es una novela, y no sé cuánto de real hay en ello, pero me picó la curiosidad, así que abrí el todopoderoso Google y tecleé “identidad falsa” (seguro que ahora estoy en el punto de mira de los servicios secretos por buscar cosas raras. Menos mal que aquí, en España, debemos de tener algo parecido a la T.I.A.). Total, que sí que hay páginas que te ofrecen crear una identidad falsa. Hay hasta un vídeo en youtube para que te quede bien claro cómo… Es más bien para registrarse en sitios web, no con documentos físicos, pero aún así me ha parecido flipante… Es que soy muy ingenuo.
 
 

En fin, existen varias ediciones de esta novela: en bolsillo, en rústica, bastante baratita, y la que adquirí yo, una edición conmemorativa en cartoné que resulta que ahora están saldando, por lo que, hasta que se agote, podréis encontrar por 5,95€. Es una oportunidad...



-Título: El psicoanalista.

-Autor: John Katzenbach.

-Género: Narrativa de misterio, novela negra.

-Editorial: Ediciones B.

-Precio: 5,95€.

-Isbn: 9788466649568.

-Alma: de venganza oscura y antigua, inestable y demente, incolora e invisible.

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