Ya lo dice el refrán: cada tonto con su tema. Desde que
descubrí, para mi propio horror, que me gustaban los One Direction (no os
burléis, que bastante cruz tengo), me he convertido en una especie de Wiki-teenmusic en el trabajo. Cada vez
que aparece alguna muchacha preguntando por el disco de algún grupo o cantante
de moda entre los adolescentes, mis compañer@s me miran a mí. ¡Qué habré hecho
yo! Y lo gracioso es que luego resulta que sé lo que me preguntan. Hace poco
salió el disco que un muchacho de esos que se han dado a conocer en Youtube,
que si los blogs parecen la manera de que cualquiera pueda autopublicarse (esto
mismo es un terrible ejemplo de que cualquiera puede escribir), pues Youtube
parece la ventana por la que darse a conocer si cantas. Austin Mahone, se llama
el chaval. Como os digo, nos preguntó por el disco una muchacha. No lo
teníamos, así que se lo encargamos. Al momento me vinieron los demás a
preguntarme que quién era y si debíamos pedir su disco. ¡Y yo qué sé, jopetas!
Me ha salido una fama…
Cuando la muchacha vino a por su disco, la compañera que se lo
vendió me comentó que qué mal salía en la portada, que parecía otra cosa en los
vídeos. Es decir: ¡¡que lo conoce también!! Ajá…
Al final es como lo que os comenté una vez sobre el libro de
Belén Esteban, que mucha gente lo compraba en Navidad, pero todos decían que
era un regalo. Ya, ya…
Pero no soy el único con aficiones raras. Cuando trabajas de
cara al público conoces a mucha gente con gustos peculiares. Siempre me pasa,
cuando llega alguien y me dice “Quería preguntarte una cosa”, pensar yo,
automáticamente: “verás…”.
Varias veces nos ha pasado vender algún libro de Gerónimo
Stilton y preguntar si era para un regalo. Y la madre contestar que no, que era
para su hij@, señalándolo. Y resultar que el/la hij@ era un bigardo más grande
que yo. Y claro, tú piensas: “¿pero, todavía lee esto?”.
Hace poco nos preguntaron por “libros para despedidas de
soltero”. No es que haya estado en despedidas de soltero, pero juraría que un
libro no es el objeto más codiciado en ellas…
Otra pregunta desconcertante es cuando te dicen “quería un libro
para un señor mayor, que no ve bien”. Claro, tú piensas, “pues estamos
apañaos…”.
Siempre hay gente que te sorprende. Pero eso está bien, así hay
anécdotas que contar…
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