Bueno, el
blog cumple seis meses ya… ¡Quién lo iba a decir! Cómo pasa el tiempo, oye.
Pues nada,
tal y como hice cuando cumplimos tres meses, voy a intentar hacer balance,
aunque esta vez voy a escribir menos, que total, seguro que esto tampoco os
interesa mucho…
Lo más
importante y lo que más me emociona es el espectacular crecimiento del blog. En
estos tres meses el número de seguidores se duplicado. Sí, sí, como os lo digo.
Ahora ya tengo dos.
Y esto,
evidentemente, es un faro que me guía por este océano de la blogosfera, y que
me impulsa para seguir escribiendo.
Como siempre,
aunque mi intención no era ni es hacer un blog de literatura infantil, las
entradas relacionadas con este tema son la más populares. Yo trato de escribir
sobre literatura en general, bueno, solo ficción, pero al final las reseñas las
leen muchos menos que los que buscan consejos sobre libros infantiles. Pero
aunque estas entradas triunfen mucho más que las novedades, reseñas,
booktráilers, y demás, me resisto, y voy a seguir escribiendo sobre toda clase
de libros de ficción, para que cada uno encuentre su rincón y el libro que más
le pueda gustar. Quizá esta generalización sea un lastre y lo mejor fuera
especializarme, pero como no busco ganar dinero con el blog y me da igual que
me visiten o no, pues escribo lo que quiero. Bueno, va, no me da igual que me
visiten, que si no me lee nadie me deprimo, pero ya me entendéis.
Sin embargo,
sí que hay algo que voy a tener que cambiar. Las entradas de las novedades
semanales y los avances mensuales son muy largas, y tardo mucho en escribirlas,
con todo el trabajo de recopilación que llevan detrás. Voy a conservar las
entradas semanales, pero sustituiré los avances por entradas independientes que
anuncien novedades, porque tengo menos tiempo que antes. Sí, resulta que he
empezado la Universidad, así que mi tiempo se ha reducido un porronaco.
Precisamente
el otro día me llegó la carta de la Universidad dándome la bienvenida. La
remitía el Rector Magnífico de la Universidad, invitándome a mí y a mi familia
a los actos de bienvenida. Y claro, es imposible no hacer la analogía. Y en mi
cabeza me monté la película, en plan que el Rector Magnífico debía de ser algo
así como el Tenor Plácido. Y ya me imaginé a un señor con capa, chistera y una
señorita ligera de ropa al lado. Algo así:
Total, que
pensé “ostras, menudo acto de bienvenida nos han preparado, con show y todo”. Y
convencía a mi familia para ir, tarea nada sencilla, que están muy amuermados.
Chasco y
decepción. Ni capas ni chisteras. Ninguna señorita ligera de ropa. Allí no se
vio un conejo por parte alguna (salir de una chistera, me refiero). Debería estar prohibido el tratamiento de "Magnífico"...
En fin, el
caso es que con señoritas ligeras de ropa o sin ellas, estoy estudiando, así
que voy a poder escribir menos. De hecho, llevo varios días ya sin leer ni una
página, algo que casi me duele físicamente. Y esto, obviamente, va a traducirse
en menos entradas, aunque espero que tengáis paciencia, que la calidad no va a
disminuir. Así que nada, gracias por seguirme seis meses ya y leer las cosas
que escribo, aunque a veces puedan ser chorradas. Muchas gracias.
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